2. Movimientos rectilíneos

En los movimientos rectilíneos la dirección del movimiento no cambia, aunque puede hacerlo el sentido. Este curso solamente vas a ver los dos tipos de movimientos rectilíneos que ya conoces: uniforme (velocidad constante) y uniformemente acelerado (aceleración constante).

Otro movimiento rectilíneo muy importante es el movimiento vibratorio armónico, como puede ser el de un muelle que oscila, pero su descripción queda para la Física de 2º de Bachillerato.

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Movimientos rectilíneos

En un movimiento rectilíneo, la dirección de su vector velocidad permanece constante, por lo que su trayectoria es una línea recta.


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Gráficas del movimiento

Observa las gráficas siguientes y marca la(s) afirmación(es) correcta(s).

 

  
El móvil parte del origen.
La velocidad es variable.
El móvil se va acercando al origen.
La velocidad es positiva.
La aceleración es positiva.


Composición de movimientos

Si un móvil M se mueve con respecto a un sistema de referencia que también se mueve con respecto a uno fijo ¿cómo se puede saber la velocidad de M con respecto al sistema fijo?

Fíjate en la cinta de imagen, que es de las que hay en los gimnasios para andar o correr. Si la pones a funcionar a 5 km/h (se mueve la cinta hacia atrás) y tú también te pones a andar a esa velocidad (hacia delante) ¿qué verá un observador fijo situado en el gimnasio?

El sentido común te indica que verá que tu posición no cambia, aunque ve que estás andando. La apreciación es obvia: si tu velocidad fuese mayor o menor que la de la cinta, ¡te caerías!

Icono de iDevice Ejemplo o ejercicio resuelto

Andando por el tren

Un tren circula por una estación si detenerse a 40 km/h. Un pasajero se desplaza dentro de un vagón a 2 km/h en sentido contrario al tren. ¿Con qué velocidad lo verá desplazarse una pasajera sentada en el mismo vagón? ¿Y una persona sentada en un banco en el andén?


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Cazando la bala

El escritor ruso Yakov Perelman recoge en su "Física recreativa" un caso publicado por la prensa durante la Primera Guerra Mundial y vivido por un aviador francés en pleno vuelo. Este piloto relató a los periodistas cómo, mientras volaba a varios kilómetros de altura, percibió la presencia de un pequeño objeto que se movía junto a la cabina. Pensó que se trataba de una mosca y lo atrapó rápidamente con la mano. Pero, cuál no sería su sorpresa cuando, al abrir el puño, descubrió que acababa de atrapar ¡una bala de fusil alemana!

Más allá de la veracidad de la noticia (bastante dudosa), Perelman sostiene que el hecho no es ningún disparate desde el punto de vista de la Física. Según explica, “las balas no se mueven durante todo el tiempo con la velocidad inicial de 800-900 metros por segundo, sino que, debido a la resistencia del aire, van cada vez más despacio y al final de su trayectoria, pero antes de empezar a caer, recorren solamente 40 m por segundo."

Esta era una velocidad factible para los aeroplanos de entonces. Por consiguiente, la bala y el aeroplano podían volar a una misma velocidad, en un momento dado, y, en estas condiciones, aquélla resultaría inmóvil o casi inmóvil con relación al piloto. Es decir, éste podría cogerla fácilmente con la mano, sobre todo con guante (porque las balas se calientan mucho al rozar con el aire).