4.3 Enlace metálico


El enlace que se produce en los metales es el más difícil de explicar. Sin embargo, hay un modelo sencillo que permite justificar la propiedad más característica de los metales, que es la conducción de la corriente eléctrica.

 

Ya sabes que para que haya corriente eléctrica en un material es necesario que haya un flujo de electrones todos en la misma dirección y sentido. Por tanto, debe haber electrones con facilidad de movimiento dentro de los metales, de manera que si se conectan los extremos de un tubo metálico a una diferencia de potencial (¡a un generador de corriente!), los electrones se mueven hacia el extremo positivo del generador y se produce corriente eléctrica.

 

Los metales forman estructuras gigantes en las que los átomos están ordenados en una red tridimensional. Como los átomos metálicos tienen pocos electrones en la capa más externa, tienden a perderlos para quedarse con su capa más externa completa (regla del octeto). Se forman iones positivos y quedan electrones libres, que se mueven desordenadamente dentro del metal como si fueran las partículas de un gas (por esa razón se llama modelo del gas electrónico). Y al actuar una diferencia de potencial, los electrones se desplazan todos en un sentido y hay corriente eléctrica.